Las personas poderosas son fácilmente reconocibles: irradian serenidad, confianza y seguridad. Sus ojos suelen contar historias construidas gracias a los errores que no dejaron de cometer y de los que no dejaron de aprender. Si tienes la suerte de estar cerca de alguien así, es mejor que les escuches atentamente porque son los mejores maestros de la vida.
Curry Morales es una de esas personas. Su poder no viene de lo material, sino de su capacidad de vivir la vida tal y como ella quiere. A pesar de que muchas veces se ha encontrado en situaciones aparentemente complicadas, con naturalidad, ha sabido darles un giro y encontrar la mejor salida.
Tiene el talento de entender la esencia de las cosas y actuar, e incluso resurgir, con elegancia y sabiduría en momentos engorrosos. Escuchar sus experiencias y su empeño por salir adelante activa a cualquiera animándole a escapar del fango emocional e ir despegando con seguridad.
Andaluza de nacimiento y de corazón, Curry es “una mujer hecha a sí misma que no ha dejado que la vida le imponga cosas y, si no le ha gustado algo, lo ha cambiado”. Una luchadora con metas muy claras y con un recorrido vital lleno de desafíos personales y laborales que domina el arte de pivotar en su camino hacia la felicidad.
De niña, se mudó al País Vasco desde su Jaén natal y, aunque se adaptó fácilmente al entorno, nunca perdió la sensación de estar fuera de lugar. Contra el deseo de su familia, se fue a estudiar a Pamplona con catorce años. Aquella experiencia le caló profundamente y es unos de los episodios más importantes de su vida. Un poco después, se mudó a Madrid para seguir con sus estudios; sin apoyo económico de su familia, sabía que la única forma de quedarse en la ciudad era con un sueldo que cubriera sus necesidades. Preparó una lista de prioridades y aprendió a gestionar el dinero para poder vivir, moverse y permitirse algún capricho. De repartidora a pie a jefa de sección, Curry tiene a las espaldas un largo curriculum en el que destacan su profesionalidad y la consecución de objetivos.
Para Curry ser independiente es esencial. Cree firmemente en la necesidad de un plan que nos ayude a poner foco en el fluir de la vida. Su consejo para un crecimiento sostenible es observar las oportunidades que se nos presentan con la conciencia clara. Asegura que saber dónde queremos estar facilita las decisiones; lo mismo ocurre cuando definimos donde NO queremos estar. Esa claridad mental fue uno de los motivos por los que, tras cumplir su sueño de mudarse a Sevilla, decidió dejar la empresa en la que trabajaba para emprender con su proyecto personal a los 54 años.
El deseo de independencia de Curry creció. Estaba convencida de que no tenía sentido cambiar sus mejores años de trabajo por una jubilación futura y que sería más feliz si invertía toda la energía en sí misma.
El último empujón llegó cuando le obligaron a elegir entre frenar y cambiar o asumir y seguir como hasta entonces. Tuvo clarísimo qué hacer: negoció con la empresa su salida y puso toda su atención en hacer realidad su idea.
Se reinventó como asistente virtual, una profesión nueva que ayuda a los emprendedores haciéndose cargo de las tareas menos rentables para que ellos puedan centrarse en su actividad.
Antes de irse, Curry define La Increíble Sensación de Venirse Arriba como un cúmulo de cosas; la materializacion de ideas y la conciencia de que, aunque no se ha llegado a la meta, se está en el camino. Pero también rodearse de personas con valores, ideales y aspiraciones compartidos: individuos que quieren crecer y ser una versión mejor de sí mismos. En definitiva, gente que entiende y acepta lo que haces y, por tanto, con la que puedes ser una misma.
Sarolta Szakonyi
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