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Dicen que el emprendimiento es el mejor camino para crecer económicamente, para ser independientes y para tener una calidad de vida acorde a nuestras expectativas. También que al emprender podemos mostrar al mundo la mejor versión de nosotras mismas; como si fuera una llave maestra que abre la puerta a un horizonte de posibilidades

Se dicen muchas cosas, pero una solo la vive en las ocasiones de prueba y error que la vida nos pone delante. 

En 2017 todavía me definía a mí misma como “estilista de moda y creadora de contenidos”. Licenciada en Periodismo y especializada en redacción de moda y lujo, dejé la escritura de lado para dedicarme al estilismo y trabajar en el backstage de los desfiles de las Semanas de la moda; actividad que compaginaba dando lecciones de Historia de la moda y Coolhunting en una academia de Milán. 

Cansada del alboroto y del ajetreo que suponía vivir de evento en evento, decidí dar un giro a mi vida y mudarme a Londres. Con ello, además de la emoción, también llegaron la incertidumbre, la desesperación y el desempleo.
Tras dejar mi trabajo fijo, fui consciente de que  podría  formar parte de ese grupo de personas “que lideran su tiempo y aman sus vidas”.

Hubo días muy fríos, grises y bastante inestables. Apacigüé mis jornadas con una recién descubierta pasión por la lectura y un renovado interés por la soledad mientras me formaba en nuevas carreras como Community Manager o Copywriter y trataba de encontrar mi hueco en el mundo.

Me inscribí en comunidades de “referentes sociales”, desconocidas para mí hasta entonces; descubrí conceptos y entré en un mundo que en pleno auge y del que podía formar parte. Smart Working, “Nómadas Digitales”, Knowmads, Branding y “Marcas Personales”. En el mundo digital se gestaba una nueva era en la que tendríamos que aprender a convivir con problemas superiores a nuestras capacidades y estar en constante renovación, para no  envejecer ante trabajos obsoletos con fecha de caducidad.

En 2018, cuando comencé a descargarme los primeros podcast, mis tardes transcurrían entre páginas de libros escritos por autónomos y consejos extraídos de guías rápidas sobre cómo emprender

Los blogs de cocina se convirtieron en canales de Youtube y en grandes ejemplos de cómo convertir una pasión o una habilidad en un negocio que funciona y con el que poder facturar. Entre receta y receta, fui cocinando y saboreando el placer de destacar por fuerza de voluntad en el marketing. Lo que fue mi asignatura pendiente en la Universidad, se había convertido en mi mayor ocupación. Y lo más increíble, disfrutaba buceando en aquel mundo de posibilidades. 

Y así, entre las planificaciones para feeds de Instagram, estudios de estrategias de negocio y el deseo de liderar mi tiempo, me convertí en aspirante a empresaria. Concretamente en una emprendedora digital: en la maestra de orquesta de las ideas que estaban desde siempre en mi cabeza y que nunca habían tenido cabida en mis empleos por cuenta ajena.

Inspirada por Francisco Alcaide, coach y autor en liderazgo y motivación, abracé los problemas que se me presentaban. Gracias a eso, estoy aquí hoy escribiendo estas líneas, para que tú también puedas apreciar las ventajas de permitirte equivocarte y renacer.

Uno de los grandes errores que cometí fue concentrarme al 100%, en en conceptos de emprendimiento y marketing. Me olvidé de lo necesaria que es la formación y la actualización constante para el desarrollo profesional y personal. La formación técnica sobre emprendimiento, no tiene que estar reñida en el tiempo con la educación competencial de las emprendedoras. 

Ambos son necesarios para posicionarnos en el mercado; creo que el éxito o fracaso de nuestras empresas depende de la capacidad de actualización en estas vertientes.

Vivimos en la era del conocimiento accesible. Estudiar es mucho más fácil; internet nos ha proporcionado numerosas plataformas en las que formarnos fácilmente. Pero toda esa información a veces nos aleja de nuestro objetivo. 

Solo necesito una hora al día para escuchar podcast de moda; recrearme en las páginas del último libro sobre moda ecológica y sostenible; descubrir, en el artículo de un periódico, cómo el mercado se prepara para recibir un nuevo tipo de consumidor… Y, sobre todo, leer revistas. Soy una gran consumidora y coleccionista: por su estética, por la actualidad que ofrecen y  por la cantidad de información y material inédito que publican. 

Durante unos meses, cometí el error de querer descubrir todos los entresijos detrás de un negocio de éxito; me olvidé de mimar y nutrir la idea de negocio que me ha conducido hasta aquí. 
La moda, el estilismo y la comunicación son mis pilares, mi vocación y mi misión. Estoy convencida de que concentrarme en ellos, su historia, su presente y su evolución, me ayudará a elegir el camino correcto para ¿quién sabe?…Quizá convertirme en un referente del sector… Ojalá 

Ojalá que esta lección te sirva como ejemplo y guía para seguir creciendo como profesional y como persona.