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Sarolta es curiosa, enérgica y muy creativa; como tal, adora los entornos bonitos y da muchísima importancia a las texturas y a los materiales. Además, es amante de la buena mesa y de la astrología

Aunque nació y creció en Hungría, reside en Granada desde 2011, cuando llegó con una beca Erasmus. Dos son sus pilares básicos: la familia y la creatividad. Aprendió de niña a hacer croché gracias a su abuela y, hoy en día, disfruta tejiendo y creando manualidades para regalar o para alegrar su espacio de trabajo. 

Sarolta habla un español con acento andaluz repleto de imágenes y metáforas que traslada de su lengua materna. En cuanto llegó a Andalucía, supo que quería quedarse: la sensación de libertad y el buen clima la cautivó. Aunque reconoce que algo tuvo que ver “un chico muy guapo”, su actual pareja, con quien comparte el amor por la naturaleza y las aventuras. 

El porqué de su emprendimiento se explica por sí mismo. Tras años trabajando duro en áreas que no le permitían mostrar su creatividad, decidió formarse como técnico superior en diseño de interiores. De la dificultad de dedicarse al diseño freelance, nace Sakoni, un estudio cuya misión es comunicar los valores de sus clientes a través del entorno físico y crear experiencias de usuario que le vinculen con la marca. Cuando habla de la unión entre comunicación visual e interiorismo y del presente y futuro que espera a las marcas, se hace tangible la pasión que siente por su trabajo. 

Cree que la pandemia ha puesto en alza el valor de los espacios interiores y de la psicología ambiental. Esta idea es aplicable a profesionales y particulares. Por un lado, las marcas necesitan crear experiencias en sus espacios físicos que conecten con sus clientes y les conecten emocionalmente. Por otro, España es un país en el que, culturalmente, la vida se ha hecho fuera de casa y quizá por ello, el confinamiento ha dado oportunidad a  la gente de conectar con su entorno y querer renovarlo. 

Estas diferencias culturales no son baladí en su área de trabajo, descubre diferencias entre sus dos países relacionadas con las necesidades, tradiciones y paisajes. Sarolta comenta el caso de la relación con el hormigón. En Hungría está muy vinculado a la época comunista, cuando se utilizó de manera masiva en la construcción, y que ella vincula con el brutalismo del momento. Sin embargo, en España el tratamiento ha sido totalmente diferente: los usos, los colores y la cantidad de luz modifica la percepción de los materiales. 

Para ella,  la Increíble Sensación de Venirse Arriba es esa emoción que permite a una levantarse a las cinco de la mañana ilusionada, centrada en el presente y en una conexión completa con una misma y el universo que la rodea

Una entrevista de Susanna Mancini.